¡Ya estamos de vuelta de vacaciones! Espero que hayáis disfrutado y descansado mucho y estéis de nuevo con pilas cargadas. Mi niña, que el pasado mes de junio cumplió un año, (yaaa ¿cómo ha pasado tan deprisa?!) ha empezado esta semana la guardería. Supongo que como a cada madre, este hecho me produce sentimientos encontrados. Por un lado estoy muy contenta, sé que va a hacer amiguitos y por otro lado me da un poco de penita. Así que bueno, este post se lo quiero dedicar a mi niña, y a su mini espacio en nuestra casa – su vestidor.
Vivimos en un barrio muy céntrico en Madrid (si me seguís en Instagram stories ya sabéis cuál es) en un piso precioso. Y no lo digo porque lo he decorado yo (ehem), pero porque está en un edificio antiguo, todo renovado y tiene mucho encanto PERO (si, siempre hay un pero) es minúsculo! Tiene un tamaño ideal para una pareja pero para una familia se queda muy pequeño, ya que tiene solo un dormitorio. Cuando me quedé embarazada acordamos que vamos a aguantar en este piso todo lo que podamos y cuando sea imposible vamos a buscar otro. La cosa es que estamos muy cómodos pero poco a poco nos empiezan a invadir las cosas.
Entonces el plan parecía sencillo pero ¿cómo convertir un dormitorio de una pareja en dormitorio/habitación de bebé/vestidor/zona de juegos? Os adelanto ya que no se puede (spoiler), la zona de juegos se ha quedado fuera, en el salón. Sí, mi sueño desde siempre era tener el salón lleno de juguetes (NO. Es una broma), aunque tengo que confesar que no me molesta tanto como pensaba. La verdad es que me gusta tener que recoger por la noche todos los juguetes que tiró Sofía por toda la casa durante el día.
Ya os contaré más adelante el cambio de toda la habitación porque hoy me quiero enfocar solo en una parte, en el vestidor. En el dormitorio tenemos tres grandes armarios empotrados pero están LLENOS, casi no se pueden ni cerrar. Con lo cual meter allí los vestiditos de Sofía no era una opción. También tenemos una cómoda gris que pinté con Chalk Paint y que pudisteis ver aquí. Pero igual, está llena. Así que decidí hacerle a mi niña un vestidor a parte. Aproveché el muro que hace separación entre el dormitorio y el baño donde tuvimos un espejo apoyado en este mueble auxiliar y que está justo entre los pies de la cama y los armarios.
Hice este dibujo de como me imaginaba que fuera lo más practico para aprovechar el espacio y por supuesto para que sea bonito. Quería una pequeña cómoda abajo con cajones para poder guardar bodies, pijamas etc. y arriba dos baldas con barras para poder colgar vestidos, camisas y chaquetas. Y Para tener los tres B de bueno, bonito y barato no quería hacer la cómoda a medida, así que busqué una ya hecha que se pudiera personalizar. Lo difícil era acertar con el tamaño porque para poder pasar al armario tenía que tener muy poco fondo (30 cm como máximo) y poco ancho para poder abrir sus puertas. Por suerte la que reunía todos los requisitos ere esta de Ikea. ¡Sii y por 24 euros!
El resto fue fácil, pintarla de blanco y sus tres cajones de rosa. Se puede utilizar la misma pintura rosa e ir rebajándola con el blanco, haciendo pruebas hasta acertar con los tonos que te gustan. Para no gastar mucha pintura os aconsejo siempre empezar con el blanco e ir añadiendo el color más oscuro y no al revés. Se puede pintar con la pintura Chalk Paint directamente y luego sacarle un poco de brillo con la cera o aplicar una imprimación y luego una pintura acrílica y un barniz con acabado satinado para protegerla. Para darle un toque más bonito he cambiado los tiradores por otros comprados en Maisons du monde. Las dos baldas blancas tienen tamaño 60 cm x 20 cm y están hechas a medida por mi carpintero porque era muy difícil encontrar exactamente lo que buscaba (por las medidas y la barra).
Aquí podéis ver el resultado final y si os gusta ponérmelo en los comentarios, por favor. Y ya sabéis si necesitáis ayuda con la habitación de vuestros peques, su vestidor o tenéis simplemente una duda o pregunta no dejéis escribirme.
Seguramente en un par de meses estaremos en plena búsqueda de un nuevo hogar. Ya os iré contando por aquí y por Instagram el proceso, la búsqueda, los muebles, la decoración y la nueva habitación de Sofía. ¡Qué emoción!
¡Muchas gracias por leerme y hasta la semana que viene!