Si me seguís en Instagram (sobre todo en stories) sabéis que hace poquito pasé un par de días en Mallorca con mi familia. ¡A mi chico y a mi nos encanta viajar! Cuando eramos sólo dos nos hacíamos unos viajes increíbles con mochila y una guía (somos muy fans de Lonely Planet) y, sobre todo, sin planificar mucho el viaje de antemano. No somos nada de destinos mega turísticos o de playas llenas de gente. Nos gustan pequeñas calitas y si hay poca gente ¡mejor que mejor! Y estos sitios no son muy kids-friendly.

Pero desde que somos tres (desde hace 1 año exactamente), obviamente la cosa ha cambiado. Nos siguen gustando las mismas cosas pero ahora debemos tener en cuenta las necesidades (que no son pocas) de esa tercera personita que nos acompaña a todos lados. Ahora hay que prever muuuchas más cosas. Por lo tanto la pregunta es la siguiente:  ¿cómo se puede disfrutar de las vacaciones con un bebé pero sin renunciar a lo que nos gusta a nosotros? Os cuento cómo nos apañamos.

Alojamiento

Lo que teníamos claro desde el principio es que no queríamos ir a Palma, los dos conocemos la ciudad y aunque sea preciosa la idea de pasar nuestras vacaciones en otra ciudad (viviendo en Madrid) no nos llamó mucho. Por lo tanto, nos decidimos por un sitio mucho más rural. Nos apetecía el campo y la playa. Después de una búsqueda extensa en internet, ojeando hoteles y apartamentos nos decantamos por un pequeño hotel familiar Son Ametler en Selva. Es un hotel rural con mucho encanto y con un trato inmejorable. Sus dueños Paola (italiana natural de Kenia) y John (inglés) son encantadores, tanto como todo el personal que trabaja allí.

El hotel tiene un jardín de ensueño, rodeado de Sierra de Tramontana con una piscina muy apetecible. El jardín tiene cuestas y hay un par de escalones pero aún así se puede acceder con un carrito. La decoración del hotel es muy rural y con toques decorativos africanos (del país de origen de Paola). Eso sí, la playa más cercana del hotel está a unos 25 km por lo tanto hay que coger el coche. Y por supuesto para llegar al hotel desde el aeropuerto.

Playas

El primer día fuimos a una de las playas que nos recomendaron nuestros amigos con niños: Playa de Muro. La playa no estaba mal, era bastante amplia y no había mucha gente (¡ojo! fuimos en junio, me imagino que en los meses de vacaciones la cosa cambia). Pero en algún modo no era lo que nos esperábamos de Mallorca, no era una calita con agua turquesa como las que ves en las postales… Aún así ese día lo pasamos genial. Ver a tu hija de un año revolviéndose la primera vez en arena como una croqueta no tiene precio.

A la vuelta pasamos por el chiringuito Milano Beach que os recomiendo para comer e incluso para tomar una copa. Los niños pueden corretear entre mesas y sentarse en el césped. Además tiene a un DJ que pone una música muy agradable.

El día siguiente decidimos hacernos un par de kilómetros más e ir a ver la Playa de Formentor. Y allí nos encontramos con lo que uno se imagina cuando se dice Mallorca. El agua azul turquesa, arena blanca y olor a pino. Esta playa es perfecta para niños pequeños por su fácil acceso al agua que cubre muy poco, y porque los árboles proporcionan mucha sombra y se puede estar incluso sin cargar con la sombrilla. Además si os apetece se pueden alquilar sombrillas y tumbonas camas (eso sí, baratas no son).

El mismo día por la tarde fuimos a la Cala San Vicente donde nos quedamos a cenar. La playa es pequeñita y tiene una parte donde se pueden alquilar sombrillas de paja y tumbonas. Lo único que el acceso al agua no es fácil. Hay mucha piedra resbaladiza y que al pisarla con pies descalzos puede resultar un poco incómodo. Niños con cangrejeras sí o sí. El pueblo es pequeñito pero mono. Cenamos en la terraza de un hotel con vistas muy bonitas al mar.

Otra playa que pudimos disfrutar durante nuestro viaje fue Cala del Moro en el sur de la isla. Estaba un poco lejos de nuestro hotel pero todo el mundo nos hablaba tan bien de ella que decidimos ir a verla. En efecto, la playa es una pequeña calita muy muy linda pero con un acceso un poco complicado. Encontraréis esto en muchas calas de postal de Mallorca, y la forma de resolverlo es con una mochila portabebés. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no se puede aparcar cerca, ya que este año han prohibido la entrada de los coches a la urbanización que está cerca de la cala, con lo cual hay que ir cargando con todas las cosas. La cala es realmente preciosa pero hay que ir bien prontito porque al ser tan pequeñita os podríais quedar sin sitio para poner la toalla.

Salir a cenar

El hotel tenía su propio restaurante pero desafortunadamente no nos dio tiempo probarlo ya que en la isla respetan los horarios más europeos y a las 8h de la tarde que empezaba la cena nunca estábamos de vuelta en el hotel.

Una noche (a la vuelta de Formentor) dimos un paseo por el pueblo cercano: Pollensa. Es un pueblo con mucho encanto con su placita llena de vida. Hay varios bares y restaurantes alrededor. Nosotros cenamos en un restaurante italiano que estaba bien pero sin mayor interés.

Ya os mencioné la Cala de San Vicente y el hotel con bonitas vistas para cenar. Os dejo aquí unas fotos del sitio.

A la vuelta de la Cala del Moro estuvimos un poco perdidos (y hambrientos) así que decidimos parar en el primer pueblo (Las Salinas) y por nuestra sorpresa era un pueblo con mucha vida y muchos restaurantes. Al final cenamos en un restaurante Cassai que elegimos no tanto por su comida pero por su decoración original (¿os pasa también?). Era una mezcla atrevida de muucha decoración y plantas pero el ambiente resultaba cálido y agradable. El restaurante disponía también de una parte que servía como showroom de decoración, papeles y telas. Por desgracia no tengo muchas fotos del sitio porque fue de noche y la luz no era muy buena para hacer fotos. Pero os dejo aquí un par que he conseguido sacar y el resto podéis ver en su página web.

Espero que os haya gustado y que os haya inspirado a pasar vacaciones un poco más «atrevidos» con vuestros hijos. Me encantaría escuchar sobre vuestra experiencia de vacaciones con niños. ¿Os gusta quedaros en un sitio estilo resort o preferís las vacaciones un poco más aventureros? ¿Cómo os apañáis como familia?

Si tenéis cualquier pregunta o si necesitáis cualquier dirección no dudéis en escribirme.

¡Muchas gracias por leerme y hasta la semana que viene!


Pin It on Pinterest